Introducción
El eje microbiota-cerebro se refiere a la comunicación bidireccional que existe entre el sistema nervioso
(Cerebro-nervio vago-sistema nervioso entérico) y el sistema gastrointestinal (microbiota intestinal).
Comunicación neuroendocrina:
Existe una comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro a través de señales neuroendocrinas que involucran al eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal, los microorganismos intestinales pueden afectar la liberación de cortisol (hormona relacionada al estrés) y viceversa, el cortisol puede afectar la diversidad poblacional de microorganismos en el intestino.
Eje intestino-cerebro:
El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación que involucra el sistema nervioso entérico, el sistema nervioso autónomo y el sistema nervioso central. Esta comunicación se realiza a través de la producción neurotransmisores como la dopamina, acetilcolina, serotonina, ácido gamma amino butírico (GABA), importantes para regular el estado de ánimo, la función intestinal y cerebral
Impacto en la salud mental:
Numerosos estudios han demostrado la influencia de la microbiota intestinal en el funcionamiento cerebral con un impacto directo en la salud mental. Desequilibrios en la diversidad poblacional de la microbiota (disbiosis) se han asociado con trastornos como la depresión, la ansiedad, el autismo y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Inflamación y permeabilidad intestinal:
La microbiota intestinal modula la inflamación y de esta manera la permeabilidad intestinal, lo cual activa al sistema inmune arrestándolo en un estado inflamatorio crónico que a su vez puede afectar la barrera hematoencefálica y la función cerebral.
Se ha sugerido que la inflamación crónica persistente proveniente del intestino
puede contribuir al desarrollo de diversos trastornos neurológicos, fisiológicos y metabólicos.
Dieta y alimentación:
La dieta juega un rol fundamental en la composición y diversidad de la microbiota intestinal y, por lo tanto, en la regulación y funcionamiento del eje microbiota-cerebro. Una dieta rica en fibra y nutrientes beneficiosos para la microbiota generará las condiciones ambientales apropiadas para mantener el equilibrio poblacional y de esa manera obtener efectos positivos en la salud.
